|

Descubriendo sus pasiones.

Una Historia de «Nunca se Rinda»

En uno de los tantos viajes de negocios estaba con mucho sueño y un poco cansado, pero como suele pasar terminé sentado al lado de uno de esos seres comunicativos y con una necesidad casi infinita de desahogar sus emociones en un avión. La ruta Bogotá-Madrid dura aproximadamente 10 horas y finalmente tuve una conversación de casi 4 horas con Francisco, mi compañero de viaje.

Francisco con mucho entusiasmo me contó que tenía una fábrica de casas con material reciclable y un componente único en el mundo y patentado por él. Describía una y otra vez las bondades de fabricar inmuebles con ese material, que tenía una resistencia tan fuerte como la construcción tradicional y que, aunque los costos eran más bajos no tenía las ventas suficientes para seguir el negocio. Cuando me dijo esto último yo pensé para mi interior que tenía un claro ejemplo de “Nunca se Rinda”.

Lo felicité por su perseverancia y enseguida me interrumpió para seguir hablando de su invento y su empresa. No paraba de hablar de su material… que además era más liviano,  lo que facilitaba la construcción y era moldeable, lo que permitía hacer las construcciones más rápido.

Durante su discurso, esta vez yo interrumpí a Francisco para decirle — y ¿Cuál es el propósito de lo que haces?

Creo que la pregunta formulada tomó por sorpresa a Francisco y hubo un momento de silencio… asumí entonces que él se preguntaba lo mismo en su interior (¿cuál es el propósito de lo que hago?), después de un rato me dice: — Llevo 30 años haciendo esto y jamás me habían hecho esa pregunta.

Después de otro momento de silencio le reformulé la pregunta diciéndole: — Mi estimado Francisco un material como ese es un gran “golazo”, pero tiene que haber un motivo de trascendencia, un propósito de vida o algo más que te haya mantenido la tercera parte de un siglo haciendo eso. Adicionalmente me complace que puedas contarme ahora lo que has hecho con la misma pasión de cuando empezaste.

Aquel orador imparable con afable delicadeza en los detalles sucumbió otra vez a un silencio abrumador, pero esta vez vi unos ojos impávidos y una estela de luz brillante como si hubiera visto un ser de otro planeta que le vino a contar un secreto para impulsar a la humanidad.

Francisco cortó el silencio diciendo:  — Mi compromiso con el futuro de mis hijos y las siguientes generaciones me llevó a crear esto sin saberlo. Entiendo como incitaste a mis palabras a encontrar el propósito de mi llegada a este planeta. Mi misión es ayudar a otros a conservar nuestro lugar de vida y asegurar que los que vengan encuentren un mundo sano, sin contaminantes y un mejor medio ambiente.

Con entusiasmo siguió su parlamento: — Gracias Carlos por empujar mi respuesta para darme cuenta de algo tan significativo para mi vida. Ahora teniendo claro la razón de lo que hago, mi pasión ha aumentado mil veces y me siento pleno.

Francisco es un claro ejemplo que una pasión puede estar alineada con el propósito de vida. Aunque en próximos relatos hablaremos exclusivamente de cómo encontrar nuestro propósito de vida, por ahora en este paso nos concentraremos en descubrir nuestras pasiones, gustos y habilidades para hacer uso de éstas en la búsqueda del éxito en plenitud.

Extracto tomado del primer capítulo del libro «Nunca se Rinda» de mi autoría.

Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *